jueves, 15 de noviembre de 2007

Patrick Dempsey en la revista Supertele



“Casi me parezco al hombre ideal”

Tres años con la bata blanca y ya sigue la estela de Clooney. ¿Cuánto tiempo le queda en el hospital?

Sólo tiene 1,80 metros de anatomía pero Patrick Dempsey cumple con las recientes conclusiones de un ambicioso estudio escocés: sonreír y mirar a los ojos son las claves de la seducción. Nada nuevo, desde que la ‘mirada Newman’ se asomó a la portada de la revista Life allá por los años cincuenta. Dempsey –dicen– tiene la misma pupila. Hace tres años que el actor estadounidense, de origen irlandés, viste la impecable bata blanca del doctor Shepherd. Desató una fiebre entre el público femenino de medio mundo, de la que ha aprendido a sacar partido. Sin embargo, cuando llegó a Anatomía de Grey, sólo pensaba sobrevivir en televisión, como cientos de colegas, y nunca imaginó que llevaba inoculada la cualidad de un sex symbol. Ni siquiera sabe en qué consiste. “Romántico, sensible, comprensivo… ¡Casi me parezco al hombre ideal!”, bromea el actor, enumerando los calificativos que recibe su personaje de la serie, que actualmente repone Fox TV (Digital+) y cuya tercera temporada acaba de salir en DVD.

Apuntaba maneras de ídolo adolescente

“Es que el doctor Shepherd fue creado para ser perfecto, aunque luego tiene sus cosillas… Es un tipo idolatrado, pero en lo personal no tiene que ver nada conmigo”, aclara. Y de hecho fue un cliché que rechazó en sus comienzos como actor, cuando alternaba el teatro clásico con los monólogos de comedia. Ahora no le hace ascos: “Estoy muy contento de que el éxito me haya llegado justo en este momento, porque soy más consciente de todo. Sé lo que tengo que hacer, cómo controlarlo, cosa que no ocurría, claro, a mis 20 años”. Aun así ya apuntaba maneras como ídolo de adolescentes en títulos como No puedes comprar mi amor (1987) y Loverboy (1989). “Por supuesto que disfruto haciendo la serie, pero intento no tomarme demasiado en serio la fama ni el éxito. Simplemente veo esta etapa como una ventana de oportunidades. También he tenido momentos duros y he conseguido sobrevivir”, añade. Dempsey, de 41 años, fue bailarín, aprendiz de mago y malabarista antes que actor. Aunque con problemas de dislexia, debutó a los 14 años en un telefilme: Meatballs 3.

House lo rechazó

Tras una prueba fallida para incorporarse al equipo del ácido doctor House, se presentó al casting de Anatomía… Y convenció a su directora, Shonda Rhymes, por la química que surgió entre él y Ellen Pompeo, su amada Meredith. Esa seducción de tira y afloja ha sido el filón de la serie. “No sé dónde radica el gusto de la gente por los dramas hospitalarios, pero sí que el secreto radica en los personajes, complejos, pero humanos y contradictorios. Como somos todos”, declara. Él también cuenta con la admiración de los verdaderos médicos. Y disfruta de ciertos privilegios: “Ahora, en los hospitales me tratan fenomenal –bromea–. Tengo acceso a los mejores profesionales, y les encanta ocuparse de mi familia y de mí. Es la mejor parte”, celebra El Doctor Macizo (en EE.UU., McDream o Doctor Sueños). He perdido hasta mi identidad”. En enero de 2008 lo veremos en Cuatro, en la cuarta temporada de la serie, con algunas canas más. Sólo su segunda mujer, la maquilladora Jillian Fink, toca su pelo. Y es ella quien sugirió “madurarlo” un poco.


Feliz padre de gemelos


Si en lo profesional sigue la estela de Clooney, en lo personal ha habido luces y sombras. Tras siete años de matrimonio con la actriz Rocky Parker –27 años mayor que él–, se separó en 1994, alegando ambos infidelidad. Jillian Fink le restauró el corazón. Con ella ha sido padre de Tallulah, de 5 años; y de los gemelos Darby y Sullivan, que acaban de cumplir siete meses. “Al principio fue muy duro criar a los niños, pero ahora estoy encantado. Me gusta mucho ver cómo cada uno va desarrollando su propia personalidad. Es cierto que, por mi trabajo, me he perdido un poco su progreso y, a veces, cuando llego por la noche me parece que han crecido. Mi mujer y la niñera que nos ayuda han hecho casi todo el trabajo”. Aunque su esposa y sus hijos le ocupan la mayor parte del tiempo –“apenas salimos de casa”–, Patrick encuentra ratos libres para mantener su afición preferida, las carreras de coches: “Mi mujer y yo sabemos que es un hobby peligroso, pero me relaja mucho, además, llevo seis años corriendo en circuitos con mis amigos, que me ayudan a mantener los pies en la tierra. No me importaría que mis hijos de mayores también se aficionaran”. Uno de sus proyectos es dirigir una película en el circuito de Indianápolis: “Pero, de momento, habrá que esperar. Paso 16 horas diarias en el plató de Anatomía de Grey. No me queda tiempo para más”. Por ahora, aprovecha la buena racha para ver cumplido otro deseo: “Criar a mis hijos en el campo. Si crecen sanos, no tendré que llevarlos al médico

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