martes, 11 de marzo de 2008

Patrick Dempsey y Ellen Pompeo en Supertele

La relación de Derek y Meredith sólo puede acabar en boda o ruptura. Pero ella sigue tomándolo con la frivolidad de siempre.



Los avatares sentimentales de sus personajes ya duran tres años, y están llevando a la exasperación a los espectadores de Anatomía de Grey. ¿Qué mal padecen el encantador doctor Macizo y la lánguida Meredith para no materializar su unión? ¿Son alérgicos a la felicidad? A punto de acabar la primera tanda de capítulos de la cuarta temporada de la serie –quedan tres entregas y habrá que esperar a mayo para ver las cinco restantes–, Patrick Dempsey y Ellen Pompeo diseccionan, como si de un ejercicio médico se tratara, su complicado romance, que sólo puede desembocar en boda o ruptura. “En las próximas semanas, esta relación va a ser muy distinta, y estoy ansioso por que nos ocurra algo”, anuncia Dempsey. El actor se refiere a la aparición de una tercera persona, la enfermera Rose (Lauren Stamile), que acaba de cruzarse en la vida del doctor Shepherd. “Sólo quiero que los personajes crezcan y actúen de forma realista –se disculpa–. La relación con Grey ha llegado a un nivel muy alto, y no puede ir a menos si ella se compromete a casarse o acude a terapia para aclararse. Viviremos momentos duros, y lo que resulte de esa crisis será permanente”. Pero la idea de un futuro común volverá a desvanecerse. Además del flirteo –beso incluido– de Derek y su ayudante, surgirá otra cuestión que abrumará a Meredith. Él responde a su deseo de que no salga con otras mujeres con la ilusionante propuesta de construir juntos la casa de sus sueños...

De apariencia frágil

Ellen Pompeo nos descubre que su propia experiencia le ha servido para desarrollar el personaje de la insegura doctora. “Yo también viví una infancia muy confusa. Mi madre murió cuando tenía 4 años, tuve una madrastra y muchas personas a mi alrededor, pero nadie que me quisiera de la manera en la que yo lo estaba necesitando”. Su frágil apariencia también la marcó. Nacida en un suburbio de Boston, a los 19 años se empleó como camarera en Nueva York: “Los clientes no paraban de gritarme”. Quería ser actriz, pero aquello le parecía “algo lejano. Me sentía abrumada, sin ver una salida, y sufría”. Todo cambió cuando un representante artístico la descubrió tras la barra del bar, el mismo lugar donde Meredith conoció a Derek. Volviendo a la ficción, Pompeo no quiere eximir a su personaje de toda la culpa de la crisis de su romance: “El problema es que Meredith carece de inteligencia emocional”. Aunque admira su firmeza en algunas situaciones: “¡No soporta tener que suplicar a un hombre!”. Y tampoco lo hará cuando descubra el desliz de Derek con la hasta entonces invisible enfermera Rose. Para indultar al comprensivo doctor, Dempsey también alude a su debilidad afectiva: “Ya sé que debería pensar en enfrentarse juntos a los problemas. ¿Por qué Derek espera a que Meredith sea la que cure sus inseguridades? ¿Quizá estén destinados a resolver sus problemas por separado? Eso es algo que sólo los guionistas saben. Nosotros, no”. Y resuelve cualquier duda entre los que piensen que la dilación de esta trama amorosa acabará con ellos: “¡Mientras dure la serie, todos los que estamos permaneceremos en ella!”. El reparto actual ya ha renovado para la quinta temporada. La palabra compromiso, tan repudiada por Derek y Meredith, forma parte de las vidas reales de los actores. Él está casado desde hace nueve años, y es padre de tres hijos: Talulah, de 5 años, y los gemelos Darby y Sullivan, de 9 meses. Y tiene muy claro el secreto para mantener la llama encendida: “Los ojos –dice sin titubeos la mirada más seductora de la televisión–. Siempre me he apoyado en ellos. Son acogedores y chispeantes. Son lo más hermoso de una persona”. Ellen también es feliz. Se casó hace cuatro meses con el productor musical Chris Ivery, y cuenta orgullosa cómo le conoció. “Yo sabía de sus antecedentes –estuvo dos veces en la cárcel por posesión de drogas–, y yo no quería tener nada que ver con eso. Uno no puede alejarse de la persona a la que quiere”. ¿Aplicará esta misma receta a su relación televisiva?

“Quiero volver a España con mis hijos”

Mientras los guionistas de su serie buscan una salida al futuro de Derek y Meredith, Patrick Dempsey ha aprovechado un descanso en la grabación para venir a España. El motivo del actor, que encarna al doctor Macizo no era hablar de Anatomía de Grey, que lo hizo, sino presentar un motor de autómovil y grabar un spot. Con su arrebatadora sonrisa, su porte de galán y una cercanía poco habitual en las celebrities se ganó a todo el mundo. Tal vez tuvo que ver con que se trataba de su otra gran pasión: “Soy un entusiasta de los coches. Los colecciono, tengo una escudería y, además, compito en las carreras. Si fuera un buen piloto, me cambiaría de profesión”.

Una vida nueva

Queda patente que Dempsey se defiende mejor en los circuitos que en los quirófanos. “Los médicos para mí son como dioses”, se disculpa. Y agradece al personaje que lo ha convertido en una estrella: “Al doctor Shepherd le debo todo lo que soy; me ha cambiado la vida”. Le hace “gracia” que le consideren uno de los hombres más sexys del planeta. “Pero, eso es todo”, dice. Este amante de la velocidad se enfrenta ahora a un ritmo frenético en su carrera por medio mundo. Llegó sin su familia: “Mi mujer me envía fotos por email, así que estoy informadísimo de todo lo que ocurre en mi casa”. Y, cómo no, recorrió Madrid al volante. “Me dejaron conducir y casi me olvido de los límites de velocidad. He podido disfrutar de la arquitectura, la luz y el encanto de la ciudad”. Estadounidense, pero de ascendencia irlandesa, dice sentirse en Europa “como en casa”. Se enamoró de nuestra gastronomía –“no he parado de comer, es deliciosa”–, y habló como un entendido de Fernando Alonso. “En el anterior Mundial se lo pusieron muy difícil, pero en éste va a dar sorpresas”. No hizo el siguiente anuncio por pura cortesía: “Sí, quiero volver a España con mis hijos”. Desde Madrid tomó un vuelo directo a Japón para presentar su película Encantada, y de allí a Los Ángeles, donde le esperan los suyos. Enseguida cambiará su elegante traje de Versace, que también lució en los Oscar, por la bata blanca en la grabación de los nuevos capítulos la cuarta temporada de Anatomía de Grey. Derek se reencontrará con su ex mujer, Addison (Kate Walsh). ¿Regresará ella para asistir a su boda con Meredith? “Bah, nunca nos casaremos, ¡está loca!”, exclama entre risas el actor, que aclara que el éxito mundial “se debe a muchos factores como los guiones, el equipo, la música... Y que ha terminado pareciendo un culebrón”.

María José Andrés. Fotos: Jesús Izquierdo
Supertele

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